Timidez u.u

Es curioso, cuando la gente te llama tímida, suelen sonreír. Como si hiciera gracia, como si se tratara de una de esas manías que acabas perdiendo con la edad, conforme te vas haciendo mayor, como los huecos que te quedan entre los dientes cuando se te caen los de leche. Si supieran lo que se siente cuando no sólo se trata de que te cueste romper el hielo, sino, de ser tímida de verdad, no sonreirían, JÁ! Ni se les ocurriría. Se lo pensarían dos veces… o más, si supieran que esa sensación te cierra el estómago, te hace sudar las manos, y hace que te pongas roja a la mínima, por tener que hablar con alguien, ni que sea con alguien de mucha confianza. La timidez impide que digas algo con sentido. Entonces aprenderéis que no tiene ninguna gracia, porque es una sensación que pocos consiguen sacársela de encima.

Y yo voy a ser una persona de las que van en el otro grupo, y es que no creo que me pueda sacar esa timidez que anda en mi cabeza y en mi cuerpo. Creo que nunca va a salir de ahí, nunca jamás. Y sé que deberé aguantar todo el tiempo esta sensación que no te permite hacer con facilidad ciertas cosas que otras personas sólo tienen que pensarlo y lo hacen al momento, pero, en el fondo es una parte de mí y es verdad que no me gusta pero… Es lo que tengo y lo que soy.